Estas páginas recogen relatos sobre la arquitectura, aunque en ellos no figuren tantos arquitectos como pudiéramos pensar ¡Muchos no serán llamado a esta reunión! entendiendo esa condición como una obligación que quiere ser motivo de higiene mental. Igual que ante el festín, conviene el ayuno, quizá tratar de hablar de arquitectura, intentar enseñar a ver y hacer arquitectura observando a otros artistas / artesanos, sus intereses y algunos de sus recursos, puede ser motivo de mejora de nuestro cuerpo arquitectónico. Ante el inminente maratón, el deportista come hidratos de carbono. Antes de salir a la plaza el diestro, reza. Antes de la batalla, el caballero vela las armas. Antes de lanzarse a la práctica de la verdadera arquitectura, donde las dificultades son muchas, el arquitecto debe dedicar tiempo de reflexión, tiempo de pensamiento y en ocasiones beber en fuentes menos trilladas, donde las aguas son más puras y los visitantes menos. Esto no va a garantizar ningún éxito, pero puede servir para entender que el mundo es amplio y las posibilidades ilimitadas. Un círculo es un círculo, y existen radios infinitos. Tres relatos donde la verdad y la ficción se mezclan, donde la investigación y la sospecha inclinan un desenlace para la discusión y el debate. Tres cuentos de arquitectura.