Así, el análisis en ingeniería se basa fundamentalmente en las matemáticas básicas, como álgebra, trigonometría, cálculo y estadística. También puede recurrir a las matemáticas avanzadas, como álgebra lineal, ecuaciones diferenciales y variables complejas. Los principios y leyes de las ciencias físicas, en particular la física y la química, también son ingredientes clave del análisis.
En este sentido, más que buscar una ecuación que se adapte a un problema, el análisis en ingeniería implica conectar los números en una ecuación y “darle vuelta a la palanca” para generar una respuesta. Es decir, no es un simple procedimiento de “plug and chug” (sumergirse en la manipulación de fórmulas sin tratar de comprender el problema), sino que el análisis requiere un pensamiento lógico y sistemático acerca del problema. El ingeniero primero tiene que definir éste de manera clara, lógica y concisa. Así que debe entender el comportamiento físico del sistema que está analizando e identificar qué principios científicos aplicar, reconociendo cuáles herramientas matemáticas debe utilizar y cómo aplicarlas, a mano o en computadora.