La medicina clínica se aprende, además de con el estudio de los conocimientos teórico-prácticos, atendiendo al paciente a través de una cuidadosa anamnesis y una exploración clínica completa que permita realizar el diagnóstico más acertado y pautar el mejor tratamiento posible.
En la era de la biología molecular, de las nuevas técnicas diagnósticas, del big data y los algoritmos de inteligencia artificial (IA), que permiten conocer mejor las enfermedades y disminuir la incertidumbre del diagnóstico, el fundamento de la atención clínica óptima sigue siendo cultivar la relación directa y humana entre médicos y pacientes.
Si los datos de la anamnesis y de la exploración no son correctos y fidedignos, los resultados para el diagnóstico serán erróneos y el tratamiento, lesivo para el paciente