La conexión entre el sonido y la arquitectura se ha dado tradicionalmente a través de la intervención de consultores de la física, las matemáticas, la ingeniería y la electrónica. Quienes acuden al llamado de los arquitectos, generalmente para la solución técnica de problemas de tipo funcional en proyectos de espacios especializados, como teatros, auditorios, salas de concierto y estudios de grabación, o la solución de problemas de ruido relacionados con la intromisión del mismo debido al funcionamiento de maquinaria e instalaciones dentro de los edificios, todo ello sin una idea clara de lo que un espacio arquitectónico representa. Sin embargo, hasta ahora son muy pocos los arquitectos que se han puesto a pensar acerca de la importancia que el sonido tiene como elemento integrante del espacio arquitectónico y urbano.