Las necesidades de control de una empresa, cualquiera que sea su magnitud, aumentan en proporción directa a su crecimiento, por lo que es preciso mejorar los sistemas de plantación y de control que se aplican a los procesos operativos de la organización. Para estos fines, Joaquín Rodríguez integra las dos categorías de control interno que existen, el administrativo y contable, el primero integrado por los procedimientos y métodos que se relacionan con las operaciones de una organización y con sus directrices, políticas e informes administrativos, y el segundo que consiste en métodos, procedimientos, planes de organización referentes a la protección de los activos, el aseguramiento de las cuentas y la confiabilidad de los informes financieros.