Con este libro busco acompañar y ayudar a todo aquel que deba realizar un evento. Esta palabra, si bien puede ser cuestionada por los académicos, ya es reconocida aún internacionalmente al aplicársela a la realización de diversas reuniones públicas y privadas. Así se denominan genéricamente a las ferias, congresos, exposiciones, jornadas, seminarios, presentaciones de libros, lanzamiento de productos, conferencias de prensa, desfiles de moda, workshops, showrooms, ernissages, recepciones sociales, recitales musicales, fiestas folklóricas, ritos de colectividades y actos culturales. Curiosamente, aunque “evento” o “contingencia” se refieran a “cosas que puedan suceder o no”, en la práctica se trata sobre cosas que sí tienen que ocurrir, y para las que se trabaja procurando que transcurran con toda seguridad y organizadamente.
Algunos confunden a este concepto tan abarcativo —quizá precisamente por su novedad y amplitud— solamente con fiestas o reuniones sociales. Pero en momentos de crisis económica mundial, vale la pena aclarar que los “eventos” no se refieren solamente a celebraciones frívolas, sino que muchas veces alcanzan magnitud de fenómeno social, como pueden serlo las Olimpíadas, la emotiva Fiesta de la Pachamama en nuestros Valles Calchaquíes, el festejo dentro de la familia del primer año. Los eventos pueden mover fortunas, pero también dan la posibilidad de relacionarse más estre chamente a grupos humanos o de exaltar la sensibilidad ante motivaciones culturales o religiosas.