Los antiguos filósofos tenían claro que el ideal de toda existencia humana es indudablemente la felicidad. Todos aspiran a este fin. Pero ¿qué es la felicidad? O, más aún, ¿cómo se consigue? A lo largo de la historia, cada cultura ha proyectado diferentes modelos de la misma, así como caminos seguros para alcanzarla. Utopías, ideologías, religiones y sistemas filosóficos han buscado de algún modo responder a esta exigencia humana. Generalmente esta variedad de tendencias vincula la felicidad al bien. Se es feliz si se opta por una vida buena. Ahora bien, ¿qué conforma este ideal llamado ?vida buena?? Poco a poco, el pensamiento va ahondando en el interior del problema moral, y a la pregunta por la felicidad sigue la pregunta por el bien, y a esta última la pregunta por el bien verdadero. ¿Qué es el bien? ¿Es una realidad concreta y particular, o vaga y universal? Para que un individuo y una sociedad pueda vivir este ideal de felicidad entendida como ?vida buena?, es necesario confrontarse con el bien. Inmediatamente surgen en la conciencia esas dos preguntas radicales que nos hemos formulado: ¿Existe el bie
