En la época de la modernidad la adolescencia se veía como una crisis transitoria; en cambio, con la llegada de la posmodernidad se la concibe como un estado permanente. Los adolescentes de ahora son más inseguros y le tienen más miedo al futuro.
Este libro plantea tres nuevos retos educativos a padres y profesores en la orientación de los adolescentes:
- Encontrar referencias formativas: modelos de identificación en una sociedad cambiante y con crisis de valores que ya no es educadora.
- Prevenir algunas conductas de riesgo. Entre ellas, el acoso escolar y las adicciones al alcohol, droga y juego (ludopatía).
- Enseñar a pensar, forjar la voluntad y cultivar competencias de inteligencia emocional.