Este libro surge de una reflexión crítica sobre el papel decisivo del periodismo de investigación como guardián de las libertades ciudadanas, e intenta hacer que un público informado y vigilante tome conciencia de sus derechos frente a los poderes fácticos que constantemente lo amenazan. Para ello, la obra se divide en dos partes: una teórica, donde se analizan las bases del poder y sus límites, y las transformaciones digitales de la comunicación. Y una parte práctica, que contiene siete crónicas donde la autora examina su propia experiencia de investigación en la década de 1990, tanto para el diario La República como para los programas televisivos de César Hildebrandt, en medio del control, la persecución y la corrupción que caracterizó al Perú de la época fujimorista. Además, se revisan variados tópicos, como la presencia de drogas en la génesis de Sendero Luminoso, la desaparición de más de cien estudiantes de la Universidad Nacional del Centro del Perú (Huancayo) por un grupo paramilitar y el fenómeno sistemático de la corrupción en el Perú.
