Memorias de un rehén es un relato que muestra el testimonio humano sobre el esfuerzo y el riesgo por mantener la esperanza de la liberación en la hostilidad del cautiverio. Se encontrarán las anécdotas, los conflictos y el arrojo de los cautivos ante la adversidad, desde el momento inicial de la toma hasta el día del rescate. Sin duda, esta publicación es un texto enriquecedor y conmovedor que brinda un aporte clave sobre este episodio tan importante en la historia del Perú.
HAY MUCHOS DOCUMENTOS O TESTIMONIOS que pueden salir del escritorio de un testigo, un protagonista o un investigador. Pero cuando se trata de un hecho tan trascendental, como la toma de rehenes en la residencia del embajador del Japón en 1996 por el MRTA, siempre se puede contar «algo más». ¿Cómo es que algunos rehenes conocieron y ayudaron en el planeamiento del rescate? ¿Qué rehenes fueron claves en la ejecución de este plan? ¿Cuáles fueron las últimas coordinaciones entre los rehenes y los comandos? Hay muchos nombres y hechos por revelar, pero entre todo ello, existe un protagonista sustancial que aún no ha contado lo suyo: Roberto Fernández Frantzen. Fernández fue el único de los militares rehenes que, con valentía, habilidad y osadía, conservó con éxito su beeper durante los 126 días que duró el cautiverio. Este pequeño aparato fue decisivo para establecer la comunicación entre los cautivos y el Servicio de Inteligencia y maquinar así el plan de rescate. Memorias de un rehén es un relato que muestra el testimonio humano sobre el esfuerzo y el riesgo por mantener la esperanza de la liberación en la hostilidad del cautiverio. Se encontrarán las anécdotas, los conflictos y el arrojo de los cautivos ante la adversidad, desde el momento inicial de la toma hasta el día del rescate. Sin duda, esta publicación es un texto enriquecedor y conmovedor que brinda un aporte clave sobre este episodio tan importante en la historia del Perú.
