La óptica liberal de la globalización asocia el pasaje al capitalismo de base regional con la producción magra que garantiza la producción eficiente y la humanización del trabajo inherente a la delegación de responsabilidades en equipos compuestos por operarios polivalentes, con poder de control sobre su propio trabajo. Esta obra cuestiona la tesis de la humanización del trabajo y propone una lectura alternativa a partir de la economía política crítica de la mundialización del capital con base regional. Aplica este marco al análisis de una experiencia de campo en la industria automotriz.