FUERA DEL AIRE

En el imaginario del siglo pasado, el periodismo era un oficio más que una profesión, un estilo de vida ejercido en el límite; entre el día y la noche, la salud y el exceso, lo público y lo privado, y no pocas veces entre lo inmoral (junto con lo a regañadientes permitido) y lo ético.

Mucho de eso ha cambiado, no sabemos si para bien —¿quién puede saber ese tipo de cosas?—, pero lo cierto es que asistimos a los estertores de una época. Rosa María Palacios, Juan Carlos Tafur y Augusto Álvarez Rodrich estuvieron allí para verlo, y nos lo cuentan al detalle y por extenso, en medio de una conversación entre colegas, fraterna, además de sabrosamente cómplice.

Rosa María Palacios, destinada a habitar la realidad desde la lógica férrea a la par que aguda del Derecho, fue encontrada un día por el periodismo (no al revés), y no piensa moverse de allí. Tafur y Álvarez Rodrich, antes de hacerse amigos, cuando rivales, dedicaban sus últimos pensamientos del día uno al otro, al filo de la madrugada, al cierre de edición de sus diarios, preguntándose “¿con qué portada saldrá mañana Peru.21?”, “¿qué se trae esta vez Correo?”, respectivamente.

Pero no es un tono elegiaco el de este diálogo tripartito, sino el testimonio ágil y divertido de un tiempo donde deberemos vernos para conocer lo que fuimos en ese tratado de historia por fuerza coyuntural que solía ser la prensa. Historia escrita con minúscula, es verdad, pero los días se hacen de horas, y estas de minutos. Ellos lo saben, y ahora hacen su recuento, fuera del aire, pero con pudor, ese que el oficio periodístico va perdiendo, pero no conocemos a cambio de qué. Leer este libro tal vez sea un modo de empezar a saberlo.