Una educación abierta a las diferentes culturas ha de enmarcarse necesariamente en la idea de que la diversidad cultural es enriquecedora para la humanidad. Y ese es el principal objetivo de este libro: plantear la inmigración y la atención a las minorías étnicas más como una oportunidad que como un problema; como una oportunidad de estrechar los lazos entre países y como una vía para profundizar en los derechos del hombre y en la comprensión internacional, en el esfuerzo de apertura al otro, al pluralismo, a la igualdad y al respeto mutuo.