La teoría del derecho más difundida ha desarrollado una diferencia desconcertante por los significados normativos. El hábito es pensar el derecho como una ciencia descriptiva de normas, en el ámbito de la cual no hay espacio para el tratamiento de problemas sustantivos como los de la moralidad pública, la democratización del gobierno, el control de las dictaduras, la afirmación de la justicia, la distribución del bienestar o la defensa ecológica del planeta.