No se puede tener como meta un crecimiento económico sin incorporar las huellas sociales y ambientales que se generan.
Para ello se necesitan transformaciones endógenas principalmente en la calidad del Capital Humano (CH), que conlleven cambios de comportamiento que incorporen los valores de honradez y confianza, entre otros, tan necesarios en la toma de decisiones que se observarán no solo en el consumo, sino en la elección de las ocupaciones que contribuyan al mejoramiento del medio ambiente.
Exploraremos los requerimientos de los modelos endógenos que podrían encauzarnos hacia un Crecimiento Económico con Calidad Ambiental (CECA).
Aplicaremos instrumentos de política ambiental para reducir los niveles de contaminación, a través de un impuesto a la contaminación, utilizando dichos recursos recaudados para la mejora de la degradación ambiental, la formación del Capital Humano y las tecnologías más limpias.
Demostraremos cómo es la formación del CH los valores que se trasmiten de generación en generación hacen a la elección en toda decisión y construyen una estrategia de cambio. La incorporación, en la escala de preferencias, de la prevención del daño ambiental y de la responsabilidad de reparar donde haya huellas ambientales, se evidenciará en la oferta de trabajo, dado que se elegirán empleos que utilicen procesos productivos limpios donde el producto obtenido se analice en todo el ciclo de vida.
Los valores tienen un impacto a largo plazo en la evolución de las sociedades.
