Forma parte de las paradojas de nuestra sociedad el que los caminos que pueden acabar en la antipolítica sean trazados contrariamente desde la mima política. an distorsionante deriva se da, por ejemplo, mediante un enfoque tecnocrático de la política que la reduce, con desprecio de lo nuclear de la democracia, a gestión eficiente de gobiernos de expertos. Ocurre también por la asimilación de la política al mercado propiciada por el economicismo dominante, que lleva a tratar a los ciudadanos como clientes segun los patrones de la sociedad de consumo. También se instala una sociedad en la antipolítica cuando se deja de aprisionar en el olvido, pues tal amnesia impide hablar de responsabilidades respecto a lo negativo que la realidad social alberga. Son igualmente caminos hacia la antipolítica los conscientes en instrumentalizar la política al servicio de fines no sólo ajenos, sino además contrarios.
